Mónica Lozano

Creció en la frontera de Ciudad Juárez-El Paso. En el 2009, se graduó de la Maestría en Fotografía, Publicidad y Moda de la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos TAI en España en donde crea la serie BORDERS, la cual fue seleccionada para varios concursos internacionales de fotografía como el prestigioso ITS (International Talent Support) en Italia, en donde obtuvo el premio Air Dolomitti (Lufthansa) así como una beca para cursar un año de residencia Photo Global, en la Escuela de Artes Visuales en Nueva York (SVA). En el 2011, fue elegida como "Talento a seguir" por la revista Estadounidense American Photo Magazine y Columbia Journalism Review en Nueva York la seleccionó como una de las "20 Mujeres a seguir". Sus retratos han sido exhibidos en México, España, Italia, Alemania, Dinamarca y Estados Unidos. Con el artista francés JR (ganador del premio TED 2011) realizó una colaboración masiva a nivel mundial con el proyecto Inside Out, del cual en el 2012 presentó un documental en Tribeca Film Festival. En el 2015 participó en PhotoEspaña, y en la exposición de apertura del Foto Museo Cuatro Caminos de la Fundación de Pedro Meyer en la Ciudad de México. Su más reciente serie "Lo que queda" (2019), proyecto en conjunto con Samuel Rodríguez, está relacionada con el tema de migración. A continuación parte de su obra:

Nuestro proyecto incluye fotografía y composición literaria. Estas disciplinas se conjugarán para hacer visibles la dignidad y la resistencia de los viajeros en un mundo cada vez más hostil. Para nosotros, cada objeto y cada historia es la posibilidad de vencer los mensajes de odio que se repiten en distintos foros sociales e institucionales. 

Los bodegones contemporáneos capturados en esta serie, hablan de un mundo efímero, que nos obliga redescubrir el viaje del migrante, un héroe de hoy atrapado entre dos mundos cada vez más crueles. Los fondos negros remiten directamente a los fondos utilizados en el barroco español que generalmente significaban el terror de un mundo habitado por el dolor, la enfermedad y la incertidumbre; a diferencia del barroco, el viajero de hoy depende de unos pocos objetos de uso cotidiano y no de una fuerza supra natural que venga en su ayuda. Al final, el migrante depende de su propia voluntad, de la resistencia de su dignidad y del azar. 

Esta obra nos presenta un re descubrimiento del viaje del migrante, un héroe presa del azar que nadie quiere ver. Como creadores expuestos diariamente a la frontera norte, deseamos emprender una reconstrucción de la tan denigrada narrativa del migrante y por lo mismo, establecer una necesaria defensa del individuo. 





Alida 36 años y su hija de 11 años.
Guatemala.
Alida cuenta la historia de su enfrentamiento con las autoridades de migración. Su experiencia narra una incomprensible crueldad e insensibilidad. ¿Por qué nos tienen asco?, nos preguntó con los ojos llenos de dolor. Su historia expresa a la degradación del individuo en un sistema frío y calculador que no logra comprender a la persona en sus dimensiones culturales. Alida narraba su historia como un viaje de desamparo en el que a cada paso sufría el abandono de su propio país y la incomprensión de una cultura que le resultaba ajena. En el centro de detención le fue negado el abrigo para ella y para su hija quienes enfermaron debido a una temperatura ambiente demasiado fría para su cuerpo, les fue negada la atención mas básica; “la entrevista del miedo”, como ella la llama, dejó una marca muy profunda en su ánimo y el de su hija. 

En su mirada se sentía un intenso desamparo.


Elma 33 y Erson 5 años.
Honduras.
Elma y su hijo Erson viajaron en auto compacto con más de doce personas abordo. Huían de la violencia en su país. En el trayecto sufrieron un accidente en el que el parabrisas cayó sobre ella y su hijo, aunque resultaron ilesos tuvieron que parar para curar las heridas. En el sitio donde se recuperaban sufrieron un secuestro exprés y fueron despojados de dinero y posesiones. Durante su secuestro fueron amenazados con armas de grueso calibre. Cuando por fin se pagó el rescate quedaron abandonados y tuvieron que sobrevivir mediante la venta de pan por las calles de la ciudad. 

En su mirada se notaba una gran incertidumbre.


Janeth y Alejandra
Guatemala.Janeth y Alejandra fueron víctimas de la violencia política. Al negarse a apoyar a determinado partido, su marido fue desaparecido y ellas amenazadas de muerte. Decidieron salir de su lugar de origen, a pesar de esto, las amenazas llegaron hasta ahí. Decidieron migrar hacia Estados Unidos, sin embargo fueron rechazadas en su primer cita y en breve deben regresar a Guatemala después de vivir mas de cinco meses en la casa del migrante de Cd. Juárez.

Su mirada era un abismo.



Alejandra 20 años y Angela de 11 años.
El Salvador.
Elia y Miguel Ángel son de la zona rural de El Salvador, tuvieron que salir de su país debido que una tormenta arrasó su pueblo y dejo devastada la zona. Atravesaron el país a pie, se unieron a una caravana que los llevó hasta la ciudad de México. Ahí trabajaron en un pequeño puesto de ropa hasta que lograron reunir el dinero para llegar a la frontera. Una vez en Juárez se han refugiado en La casa del Migrante durante varios días. Elia dice que ha perdido la fe, su hermano contiene una rabia muy profunda que se siente en sus palabras mientras cuentan la historia. Cargan una cruz como único recuerdo de su hogar.

Su mirada es una tormenta móvil.


María Sarahi, Rebeca 3 años
Guatemala
María y Sarahi salieron de Guatemala debido al rumor que circuló en su país respecto a que si el migrante iba acompañado de niños, el asilo en Estados Unidos sería automático. Este rumor causo mucha expectación y mucha incertidumbre de tal manera que el secuestro de niños menores de 4 años se disparó. Familias como María y Sarahi se sintieron tremendamente vulnerables y emprendieron el difícil viaje.

Su mirada es solo incertidumbre.

Para ver más de su trabajo:
http://www.monicalozano.com

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